Historia y genealogía familias FERNANDEZ y DE LA TORRE

29.8.04

Castex - Los Piorno - enero 2003

LOS PIORNO

Bueno... esto merece un extenso relato porque fueron tantas las emociones compartidas y los recuerdos escarbados que hoy, a un día, dos, tres, me parece haber sido todo un sueño.

Ya me había dicho Sara que sus abuelos vivían atrás de la estación de colectivos, y en efecto, viven pegados a la estación calle por medio. Se trata de Juan José (Pepe) Piorno (77 años) y su Sra. esposa Delia María Filippa Ponce. Nacieron, vivieron y trabajaron toda su vida en el campo, tarea que ahora prosiguen sus hijos.

Cuando Manolo me llevó a verlos y apareció Pepe... ambos nos emocionamos y confundimos en un abrazo. Enseguida me preguntó –como no dando crédito a sus ojos- si yo era el hijo de Eloísa. Le dije que sí y nos quedamos mirando sin pronunciar palabra, que 70 años no es nada y las décadas son a veces un grano de trigo en la inmensidad.

Mientras tanto Delia me aclaraba que ella los conocía y se acordaba mucho de Raquel y Juanita; les manda muchos saludos a ambas.

Estuvimos charlando un rato mientras Pepe regaba la quinta y nos mostraba los zapallos, tomates, perejil y una punta de cosas que tiene sembradas en el terreno. Me fue preguntando por cada uno de mis tios y tuve que darle el listado de altas y bajas. Supe ahí que a mi tio Mario no le decían Cholo sino Pocholo y a Elida la llamaban Petita.

Echando a rodar la memoria me contó de sus hermanos y de un triste hecho ocurrido en el 29 cuando una epidemia de difteria y escarlatina los agarró a casi todos los chicos y cayó Vicenta, de 8 años. Eran una punta de hermanos, creo que 9 como los Fernández: Pepe (77), Floro (murió hace unos 10 años), Rafael (el mayor, ya muerto), Julián y Ramón. Escolástica (viuda de Andruetto, 84), Ana (soltera, 88), Consuelo (soltera, 91). Escolástica está en un geriátrico desde hace unos dos años pero anda bien, su hermano Pepe la va a buscar todos los fines de semana y la lleva a casa de las hnas.

A Pepe y Delia los vi varias veces, almorcé con ellos y dormí una siesta en su casa; hemos hablado de tantas cosas que me resulta imposible contarlas todas. Varios de los hnos. Piorno estuvieron una punta de veces en Barracas, incluyendo a Pepe y sus padres.

Los viejos Piorno se instalaron (o sea compraron) en el campo en el año de 1919, el mismo año en que se fundó la Escuela 46. La Escuela estaba (mejor dicho está, sigue estando) en una esquina del campo de los Piorno, a 1 kmt. y medio de las casas... ahicito nomás, en una galopeada llegás al toque. En esa época los campos eran chicos, casi todos de 50 hectáreas.

Una tarde pasé a tomar unos mates y estaba Delia Filippa (Pepe se había ido a jugar a las bochas), nos pusimos a charlar y me fue contando cómo era la vida de campo por aquella lejana época. Quiero dejar constancia de algunas de las cosas que me contó.

“Había que trabajar mucho en el campo, de sol a sol ya que no había luz eléctrica. Todo se hacía en las casas, absolutamente todo, y a mano. Se araba la tierra con caballo pero a mano y se sembraba al voleo. Los inviernos eran durísimos y no había autos ni camionetas con calefacción o aire acondicionado, se andaba a caballo, en sulky o de a pie, y había que aguantarse las machazas heladas del crudo invierno, y los vientos y el fuego del sol en el verano.”

“Los chicos empezaban a colaborar en las casas desde muy chiquitos. Yo empecé a ir a la escuela a los 10 años, hice primero inferior y luego primero superior. Cuando aprendí a contar cuántos chanchos tenía y que si llevaba 10 y volvía con 8 me faltaban 2... me sacaron de la escuela”.

El domingo mismo que llegué a Castex los vi a los Piorno. Pepe me dijo que pasara a la mañana siguiente y cuando fui me invitó a ir hasta la Escuela 46, pero eso merece capítulo aparte.

Una tarde me llevó hasta lo de sus hermanas Ana (88) y Consuelo (91). Nos recibe alborozado Ricardo “Coco” Lescano, que vive al lado, pariente de los Piorno y una muy bella persona. Enseguida me dice: ahí están las “tias” esperándolo, pero antes conversamos algunas cosas. Recordaba muy claramente una fiesta que hicieron en 1969 en ocasión de los 50 años de la Escuela 46 y que había venido el maestro Villanueva, Jorge, Romerito, Diego y algunas de las chicas; me pregunta insistente por todos ellos. Le muestro la medalla de oro que tengo y llevaba con las iniciales JFV (Juan Fernández Villanueva) y al reverso BODAS DE ORO ESC. N 46. Vamos de las viejitas Piorno.

Me recibe Consuelo, emocionada, y me dice, afirmativa: Usted es Mario Vidal, el hijo de Eloísa, hermano de Susana. Asiento. Pasamos dentro y estaba Ana. Ponen la pava y entre mate y mate yo iba de sorpresa en sorpresa al escuchar mencionar el nombre de mi madre y todos mis tios como si estuvieran presentes ahí. Otra vez dos memoriosas de aquellas, como en la vida he visto otras. No podía creer que ambas a esa edad tuvieran tan presentes a los Fernández y recordaran tantas cosas.

Ana cuenta una anécdota. “Yo era muy calladita de chiquita y cada vez que llegaba a la Escuela me agarraba la Sra. Esther y me preguntaba si había novedades. Agachaba la cabeza y le decía ‘no señora’. Al día siguiente me volvía a preguntar lo mismo y yo ‘no señora’. Un día me preguntó lo mismo y le dije ‘sí señora’. Me pregunta si varón o mujer y yo le respondo ‘son dos señora’. Ahí nomás pegó un grito, revoleó el cuchillo con que estaba trabajando la quinta y salió corriendo para la Escuela a decirle al maestro que mi mamá había tenido mellizos. Es como si la estuviera viendo”. Se trataba del nacimiento de los mellizos Pepe y Floro Piorno, después alumnos de la Escuela.

Me dice Consuelo: yo estuve muchas veces en casa de sus abuelos en San Antonio 426. No podía creer que esa Señora de 91 años recordara la calle y el número! Trae unas fotos, me las muestra y me dice: este es Usted. Era una foto de marzo del 48 en Miramar donde yo estoy con mamá y papá de vacaciones, tenía 6 meses. Me pregunta por Raquel y por Silvina y Guille... le digo: ¿y cómo sabe Usted los nombres de los hijos de mi tia Raquel...? Me dice: ... y... estuvo ella por acá con los chicos cuando eran pequeñitos.

Y así tanscurría esta increíble conversa de mate y recuerdos, a pura memoria. Saqué fotos. Al irme me hicieron prometerles que regresaría, y que le diera sus cariños a Raquelita, a Juanita, a Diego y a Mario Cesar (sic). Les di un abrazo y un beso que por poco las parto. Ambas son solteras y de oficio camiseras; me dijeron en Castex que eran las mejores camiseras que supo haber en el pueblo.
Comments: Publicar un comentario

<< Home

This page is powered by Blogger. Isn't yours?