Historia y genealogía familias FERNANDEZ y DE LA TORRE

29.8.04

Castex - Visita al campo de los Piorno - enero 2003

VISITA AL CAMPO DE LOS PIORNO

El martes 21 de enero me dejaron un mensaje telefónico en casa de Manolo para decirme que al día siguiente me invitaban a conocer el campo de Daniel, uno de los hijos de Juan José “Pepe” Piorno. Me pasó a buscar Mabel Berutto –la esposa- junto a Sara y Silvina -dos de sus tres hijas- y los dos chicos de la otra hija: Daniela.

Se pusieron muy contentos de conocerme, Mabel es encantadora y las tres hijas lo mismo. Fuimos hasta el campo (en una de cuyas esquinas está la Escuelita) y mateamos, comimos tortas fritas y conversamos un rato largo. Les mostré las fotos de familia que llevaba. Casualmente en una de ellas a un costado está el maestro y pegado a él Vicente Piorno, el padre de Pepe, abuelo de Daniel, bisabuelo de las tres chicas y tatarabuelo de los dos hijos de Daniela.

Viven en una sencilla casa de campo, sin lujos ni nada fuera de lo común, son gente muy amable y buenos anfitriones. Afuera de la casa y mire uno para donde mire en 360 grados se ve la línea del horizonte. A pocos metros de la casa hay otra, que me llevaron a verla. Es la vieja casa de Vicente Piorno, que quedó tal como estaba y la usan como depósito de los elementos de labranza. Entramos y vi la cocina y las dependencias, todo algo derruído y muy antiguo pero en pie todavía.

Mientras estaba en la vieja cocina de la vieja casa del viejo Piorno trataba de imaginarme los montones de veces que habrán estado ahí mis abuelos en la década del 20 tomando mate y conversando, y mis tios y mi madre...

Después me mostraron una especie de galpón abierto que había un poco más alejado y me dijeron que esa era la pista de baile, por supuesto que con piso de tierra, JA! Me contaron de las farras que otrora se armaban ahí meta darle a las tabas... Venían de todos los campos vecinos. Afuera y mirara para donde mirara... el infinito horizonte de la pampa argentina. Saqué fotos de todos esos lugares.

A lo lejos, a un kmt. y medio se divisa el monte de eucaliptus dentro del cual está la Escuelita. Quisieron llevarme de vuelta y allá fuimos.
Ellos hacía mucho (años) que no iban, no van porque les da lástima verla así medio destruída y se amargan. Aprovechando que yo estaba ahí fuimos todos.

Sacamos fotos todos juntos y aproveché para traerme los laterales de los dos pupitres, que luego llevé al museo. Estando en el aula originaria, la de piso de caldén con la cueva del peludo, le conté a Mabel lo que me había pasado cuando vine con Pepe, su suegro. Me dijo: no, pero de allá del rincón no va a poder sacar ningún adoquín, tiene que sacarlo de ahí, donde ya falta uno (era justo el que había sacado el peludo para hacer la cueva). Le contesté que no me había animado a meter la mano, a ver si no estaba el peludo adentro y me daba un mordiscón! Se rió mucho y mujer de campo como es muy decidida trepó la montañita de tierra, metió la mano y ahí nomás levantó 6 adoquines de caldén que me fue pasando. Ella también quería tener un recuerdo. Me traje dos, el más lindo souvenir, para mí un tesoro. Son dos adoquines de caldén del medio del piso del aula, dos maderitas que habrán pisado miles de veces mis abuelos, mamá y mis tios sin imaginar ni por asomo que en el año 2003 un descendiente se los iba a llevar como quien lleva dos lingotes de oro.

Regresamos a la casa y después me alcanzaron hasta Castex. Poco antes de llegar a la plaza del pueblo me dice Sara: Don Mario, Usted está apurado? ... porque tengo que hacer un recado, son 5 minutos y ya vuelvo. Se bajaron ella y la hermana. Al ratito volvieron con un regalo, un hermoso porta llaves de pared tallado por un artesano en madera de caldén.
Comments: Publicar un comentario

<< Home

This page is powered by Blogger. Isn't yours?